Sembrar es un arte...

Todo aquel que ha sembrado una planta sabrá que mucho antes de recoger los frutos, todo pasa por un proceso. Desde saber lo que se sembrará, hasta saber cómo sacar la semilla de un fruto, esperar la fase de la luna en la que puedes sembrar, preparar la tierra y solo después poder sembrar… Y aún después de la siembra todavía tendrás que cuidar la planta con la esperanza de que crezca, para que en unos años puedas cosechar uno de sus frutos.

Nuestros héroes sembradores de semillas apostaron por quienes al igual que esa planta aún están en tiempo de cuidar, acompañar, pero, sobre todo, de darles herramientas que harán que en unos años puedan cosechar frutos. Nuestros niños y niñas de Cozumel.

Esta historia se remonta a una época en la que todos nuestros niños y niñas no podían asistir a la escuela. Alan, Braulio y Mateo estaban en casa con sus papás, hermanos, hermanas y en algunas ocasiones visitaban a sus abuelos y abuelas. Estos 3 niños querían ir al parque, a la playa, al cine e incluso y aunque parezca extraño ansiaban poder regresar a la escuela. Alan, Braulio y Mateo, no se conocían, pero vivían la misma escena todos los días. Despertar, lavarse la cara, desayunar, asearse después del desayuno y sentarse a hacer la tarea hasta llegar la tarde. A veces mamá y papá tenían que prestarles el teléfono para que pudieran copiar la tarea, muy pocas veces podían ir a un lugar para imprimir las instrucciones de ese día.

Esta misma historia se repetía no solo en la casa de estos 3 niños, sino en la de miles de niños de Cozumel. Sin embargo, un grupo de personas decidieron sembrar una semilla que se transformaría en un Centro de Cómputo.

Nuestros héroes soñaban y soñaban mucho… podían ver un espacio lleno de niños usando los equipos para hacer la tarea, tomando cursos de capacitación, usando las impresoras y sobre todo siendo felices al convivir con sus amigos.

Esto no se quedó en un sueño, nuestros héroes tenían un nombre: Comité Mixto del Acuerdo San Gervasio, conformados por personas del Sector Social, empresarial y del Ayuntamiento de Cozumel. Ellos cristalizaron el sueño del Centro de Cómputo invirtiendo recursos que Entorno que Dignifica transformó en lo que hoy es el Centro de Cómputo “Pintor”. Enfrentaron un proceso de espera de más de 1 año, sin embargo, hoy el Centro de Cómputo cuenta con 7 computadoras, mobiliario para que quienes utilizan este espacio estén cómodos e incluso una pantalla y video proyecto para capacitaciones.

Hoy Braulio, Alan y Mateo asisten a este centro de cómputo a aprender a programar videojuegos, hacer presentaciones y por supuesto a hacer sus tareas. Estamos seguros de que estos 3 niños en un futuro serán. ¡Sembradores de semillas!